Reconocer un espacio seguro
Llegar a un lugar nuevo, ya sea solo o con tu pareja, y tratar de detectar señales de que eres bienvenido no es normal. Observar los gestos, las palabras y las miradas por miedo no es normal. Sentir miedo en el primer encuentro con todos y cada uno de los extraños no es normal, pero está normalizado.
Es agotador vivir la vida a la defensiva, siempre midiendo cuánto te permites ser tú mismo, ya sea por miedo o por vergüenza a la reacción que recibirás. Esta postura no solo afecta el bienestar emocional, sino que también se refleja en el bienestar físico.
Mostrar tu apoyo no es difícil, pero debe ir más allá de lo superficial. No te limites a poner una bandera arco iris en tu escritorio o una pegatina en tu auto. Ve películas sobre temas LGBTQIA+. Infórmate. Ve conferencias. Compra con quien es parte de la comunidad. Dona a los servicios de salud física y mental de la comunidad LGBTQIA+, a fondos legales, a refugios, a proyectos deportivos y a organizaciones como The Trevor Project. Sobre todo, sé un buen aliado de tus conocidos.
Un espacio seguro, según el diccionario de Oxford, es «un entorno en el que una persona o grupo de personas se sienten cómodas sabiendo que no estarán expuestas a la discriminación, la crítica, el acoso o cualquier otro daño físico o emocional».
No es la descripción de una utopía, ni la sinopsis de un libro de ciencia ficción, ni el escenario de una película de fantasía (aunque suene así de distante en algunos casos). Es un derecho humano ser quien eres y que te respeten. Este derecho se describe y desarrolla en los ocho primeros artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
Un espacio seguro es un lugar de diálogo, pero también de escuchar. Todos tienen la oportunidad de expresarse. No se obliga a nadie a ninguna cosa. Todos los que participan en el debate son aliados y están ahí para entender, apoyar y construir un futuro diferente, de libertad e inclusión.
La comunidad LGBTQIA+ es objeto constante de discriminación, prejuicios, acoso y, a menudo, desahucio, por parte de familias que no aceptan a sus miembros. Les roban sus hogares, sus espacios más seguros, junto con su salud mental y, en consecuencia, física. Debemos proporcionarles este apoyo y esta seguridad dentro de la sociedad.
Estos individuos necesitan encontrar personas con las que puedan identificarse, que hayan pasado y que estén pasando por las mismas situaciones; una red de apoyo; crear seguridad mediante las semejanzas; hacer que las personas escuchen activamente, un diálogo; promover un espacio donde puedan ser ellos mismos sin restricciones.
Se trata de tener un lugar donde respirar profundo, soltar la tensión, ser vulnerable y tener la oportunidad y el valor de abrirse. Hablar de lo que te incomoda, de lo que te hace sonreír. Encontrar en las experiencias de los demás nuevas formas de diálogo.
Por ejemplo, dentro de las empresas, este espacio seguro es un entorno en el que la comunidad puede hablar y debatir, como un grupo que se reúne con frecuencia para entender qué se puede mejorar dentro del entorno de trabajo.
También hace falta ofrecer los mismos derechos, puestos y beneficios, así como garantizar que el entorno no permita ningún tipo de discriminación, y que se haga el esfuerzo de seleccionar y entrevistar a personas de esta comunidad y de otras minorías.
Además, es necesario utilizar términos y pronombres adecuados con cada persona, y promover el acceso a la información y la educación sobre el tema a través de libros, conferencias, videos y otros recursos.
Ya seas gay, lesbiana, bi, trans, pansexual, no binario, queer, indefinido, intersexual, asexual o simplemente un aliado: el orgullo es para todos los que luchan por los derechos de la comunidad LGBTQIA+, que desean que todos los espacios sean seguros, y hacer de cada mes una celebración de ser tú mismo.