Compartición. Compañerismo. Comprensión. Esas son las tres palabras que resumen mis dos primeras semanas en VTEX. No es de extrañar que estas expresiones tengan como similitud el prefijo “com”, que viene del latín “junto con”. En VTEX, mis jornadas de trabajo están definidas por la libertad e independencia, pero nunca es solitaria. Todos los conocimientos se comparten, cada persona del equipo tiene un alma gemela y todo el equipo está regido por la comprensión.
Cuando comencé a formar parte de este «reino del ecommerce» comprendí que es posible encontrar una empresa humanizada, con una cultura clave para el bienestar de sus colaboradores, y estructurada, con las herramientas necesarias para proporcionarles buenas oportunidades de carrera. Incluso, con respecto a las buenas oportunidades, fue notable la seriedad con la que se toma la palabra «desafío» en VTEX.
Nos alientan a ser nuestros propios gestores y a dirigir nuestros proyectos mediante la estrategia que consideremos más conveniente. Así que, además de tener el desafío de nuestros proyectos, tenemos la responsabilidad que supone toda la toma de decisiones durante este proceso. ¿Hay algún mejor regalo para los que quieren crecer significativamente de forma rápida?
¿Qué trayectoria seguí hasta incorporarme a VTEX?
Definitivamente, nunca imaginé trabajar en un área centrada en las personas, ya que siempre fui muy tímida, tenía miedo de estar en ambientes con muchas personas o de comunicarme con desconocidos. Considero que superé eso a los catorce años, cuando tomé parte en un proyecto innovador en el colegio, que me situó en diversos ambientes. Participé en campeonatos e inclusive ¡logré presentarme en la etapa internacional del proyecto en Australia! Todo lo anterior me permitió desarrollar una gran facilidad de comunicación, lo cual me ayudó a descubrirme en otros ámbitos.
Ya en la universidad de Ingeniería, comprendí que lo que me hacía realmente feliz era el dinamismo que las personas aportaban a los proyectos. Los números son bastante exactos y suelen ser previsibles. Así que, busqué mis primeras pasantías en el área de personas y comencé a trabajar en Reclutamiento y Selección en el sector minorista. La experiencia me encantó; sin embargo, la parte de mí que amaba la tecnología se entristeció. En la empresa me conocían como la «pasante de tecnología» por los proyectos que creaba, y una excolega de trabajo me presentó a VTEX.
Ella me afirmó que trabajar en esta empresa sería un sueño realizado para mí y me quedé con ese comentario en la cabeza. Meses más tarde, otra excolega comenzó sus prácticas en VTEX y se puso en contacto conmigo, dijo que yo amaría trabajar allí. La primera vez que me hablaron del unicornio rosa pensé que era una casualidad, pero la segunda vez comprendí que no podía ser una mera coincidencia. ¿Realmente quedaría saciada mi hambre de tecnología e innovación?
Cuando investigué sobre la empresa, me dio vergüenza que nunca hubiera escuchado su nombre. VTEX cumplía todos los requisitos que buscaba: una multinacional de renombre con una cultura visionaria, un núcleo de tecnología y un gran lugar para construir un futuro. Revisé todas las oportunidades disponibles y encontré una de Talent Acquisition.
En la primera etapa del proceso, realicé una prueba de razonamiento lógico cuyo objetivo, confieso, no entendí muy bien —nunca fui aficionada a las pruebas online como etapa eliminatoria—. Pero, independientemente de eso, fui aprobada para la primera etapa de entrevistas: una conversación con la reclutadora sobre mis experiencias. Ni siquiera tuve tiempo de ponerme nerviosa porque la entrevista fue muy rápida. Fueron 20 minutos hablando de mi currículum, pero ese tiempo pasó volando. ¡Sin duda alguna, me gustaría haber dicho mucho más!
Entonces, la felicidad llamó a la puerta de nuevo porque pasé a la etapa de desafío técnico. Presenté un caso sobre el desafío de contratar ingenieros de software y planteé muchas más ideas y soluciones de las que proponía la empresa. Quería mostrar mi versatilidad y mi visión para el área. Realicé la presentación ante dos reclutadoras que me hicieron muchas preguntas sobre diversidad y estrategias de contratación. En ese momento me sentí más desafiada, pero estaba segura del material que había preparado y de la investigación que había realizado.
Una respuesta más llegó a mi bandeja de entrada: la aprobación para la entrevista con la Chief People Officer. Tuve que controlar mi nerviosismo en esa etapa. Ya había cerrado contratos de decenas de vacantes en mi carrera, pero siempre estaba en la posición de entrevistadora. No tenía la menor idea de lo que una CPO podría preguntarme.
Así que, Google fue mi mejor amigo en esa etapa y efectúe muchas búsquedas sobre lo que los líderes esperan de los nuevos contratados en términos generales. La entrevista se desarrolló bien y fue mucho más tranquila de lo que imaginaba. Participé con la expectativa de que me presionaran y formularan una avalancha de preguntas difíciles; sin embargo, nuevamente sentí que solo estaba conversando con personas receptivas y simpáticas.
Posteriormente, me sorprendieron con una etapa más, la última del proceso: la entrevista Bar Raiser. Nunca había oído esa expresión y, una vez más, el Internet fue un aliado para prepararme. Realicé la entrevista con el corazón en la mano porque no quería ser eliminada al final del proceso. El famoso “no morir en el intento”, ¿verdad? Después de una semana, recibí una llamada de la reclutadora responsable de la vacante a la que postulé.
Con mucho tacto, ella me detalló los feedbacks positivos y negativos que los entrevistadores dieron de mí en todas las etapas. Me preguntó si estaba de acuerdo y tras una fructífera conversación, me dio la noticia que más esperaba: la aprobación para incorporarme a VTEX. ¡Salté mil veces de alegría y con el teléfono en la mano en mi habitación!
En mis primeras semanas trabajando desde casa, el mayor regalo fue vivir la experiencia de empresa que me describieron en el proceso de selección. Las cualidades y defectos que me señalaron eran realidad. Me sentí aliviada de haber tomado la decisión correcta y consistente con todos los elementos que formaban parte de mi expectativa. Durante mi corta carrera como reclutadora, realicé varios benchmarks y el 99,99% de las empresas se describía como el mejor lugar para trabajar en la tierra.
Evidentemente eso era una falacia de muchas de ellas, porque si fuera así no tendríamos trabajadores infelices en el mundo. Sin embargo, en VTEX la realidad era otra. Los entrevistadores me respondieron con sinceridad cuando les pregunté sobre los puntos negativos de la empresa y los aspectos que se debían mejorar. Para mí, esa sinceridad representaba la confianza de que, más allá de las limitaciones que todo lugar posee inevitablemente, VTEX nutría a sus colaboradores hasta el punto de que hablaban de sus problemas sin perder el compromiso.
Creo que establecí una relación paralela con la «Julia» de la infancia y la robótica en esos momentos. Tenía una limitación para comunicarme, pero no quería que me impidiera crecer o competir. Por el contrario, luché por convertirme en una persona comunicativa y extrovertida, porque entendí que de esa manera podría alcanzar mis sueños con mayor facilidad. Así es exactamente como trabajamos en VTEX: colocando toda nuestra energía para alcanzar nuestros sueños personales, profesionales y empresariales; partiendo siempre de que cada individuo es una receta que contiene ingredientes buenos y no tan buenos.
Incorporarme a VTEX fue obtener el alimento que nutre mi transformación y promueve mis sueños finalmente.
¿Y tú? ¿Ya iniciaste el camino hacia tu futuro extraordinario y transformador en 2021?